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El Disfraz del Diablo: Una Dama en el Abismo

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Capítulo 1: El despertar El sonido de un goteo constante fue lo primero que percibí. Luego, una punzada aguda en la sien, como si mi cabeza estuviera atrapada entre dos rocas. El aire era espeso, cargado de humedad y de algo más… un olor indescriptible, una mezcla entre hierro oxidado, tierra mojada y algo rancio, como carne podrida bajo tierra. Abrí los ojos con esfuerzo, pero la oscuridad era casi total. Intenté incorporarme. El suelo era irregular, áspero y frío. A tientas, pasé mis manos sobre la superficie, sintiendo pequeñas piedras, charcos viscosos, y lo que parecía ser… ¿huesos? Un escalofrío me recorrió la espalda. —Hola —dijo una voz. El sobresalto me hizo retroceder con torpeza. Alguien estaba ahí. No lo había escuchado acercarse. La voz era masculina, grave, serena. Demasiado serena para el lugar en el que estábamos. —Tranquila. No voy a hacerte daño. Una figura emergió lentamente de la penumbra. Su rostro era hermoso, pero inquietante. Pálido, perfectamente si...

La noche del diablo: La Dama de blanco y El Enmascarado.

Título: La noche del diablo. Capítulo 1: El comienzo  La noche del 31 de octubre caía con un aire denso, casi eléctrico. El cielo, cubierto por nubes oscuras, apenas dejaba ver la luna. En el viejo salón de eventos al borde del río, se celebraba la tan esperada fiesta de disfraces: La Noche del Diablo. El pueblo aún recordaba aquella noche. Una fiesta de disfraces, música hasta el amanecer, risas perdidas entre el humo y las máscaras. Pero lo que nadie podía olvidar era lo que pasó después. Cuando Anna y Erik desaparecieron entre los árboles del viejo parque y el mundo cambió para siempre. Había pasado un año exacto. Las calles se llenaron otra vez de luces y antifaces. Los jóvenes bebían como si el dolor no tuviera memoria. Pero los mayores evitaban el parque. Y nadie miraba el balcón del viejo edificio frente a la iglesia, donde decían que la habían visto. La dama de blanco. Aparecía en silencio, con un vestido largo como niebla y el cabello cubriéndole el rostro. Algunos decían ...